RASGOS
FÍSICOS DEL ESPACIO GEOGRÁFICO
1) Relieve
Se denomina relieve,
en geografía, al conjunto de irregularidades que presenta
la superficie terrestre. Los relieves van cambiando, aunque estos
cambios solo se ven en un cierto lapso de tiempo, pues son muy lentos, salvo
cuando se producen terremotos o erupciones volcánicas. El cerro Aconcagua en la
provincia de Mendoza (Argentina) es la montaña más alta del continente americano,
que medía 6.959 metros sin embargo ya ha crecido tres metros y continúa en
ascenso.
Las distintas formas de relieve
son; las llanuras o planicies con una altura entre 0 y 200 m. sobre el nivel
del mar. Son, como lo indica su nombre, relieves planos o de muy poca
elevación, y es donde generalmente se ubican las ciudades y las zonas
cultivables.
Entre 200 y 700 metros de altura
el relieve es de mesetas. Las de mayor altura se denominan altiplanos. Por
encima de los 700 metros, hallamos a las montañas, que cuando se ubican en
conjuntos, se denominan cordilleras. Las de poca altura se llaman sierras.
Las depresiones limitadas por
relieves más altos, se llaman valles.Las distintas formas de relieve
se originan por factores endógenos o internos, que provienen del interior de la
tierra, como los movimientos orogénicos que dan lugar a las montañas por el
choque de dos placas tectónicas, o por movimientos pirogénicos lentos de
ascenso y descenso de las placas, o rápidos como sismos y volcanes. Influyen también en el relieve
los factores externos o exógenos, que desgastan erosionando los relieves
existentes, por eso las montañas más antiguas son más bajas (sierras). Son el
agua, la temperatura y el viento. En escultura se llama relieve a
la técnica donde el tallado se resalta de una base plana. La
escultura que resalta más de la mitad de la figura del plano de base, se
denomina alto relieve, y cuando resalta muy poco del plano de base se llama
bajo relieve.
Zona Montañosa
Zona Llanera
Macizo Guayanés

Relieve
en Venezuela
El relieve variado y accidentado
del país presenta una geomorfología muy diversa, para cuya mejor comprensión es
conveniente distinguir las siguientes provincias geomorfológicas.
Venezuela posee un relieve
variado que va desde las cumbres de la Cordillera Andina en el oeste hasta las
planicies deltaicas en el este pasando por los llanos en el centro-sur, la
Cordillera de la Costa en el norte (considerada por muchos como continuación de
la Cordillera Andina) y la amplia zona de mesetas del Macizo Guayanés al sur
del Orinoco (la región más extensa, con el 50 % de la superficie total del
país).
Venezuela es un compendio
de América del Sur. Posee montañas andinas, llanuras, selvas y
grandes ríos.
Venezuela está íntegramente en el
hemisferio Norte. Su límite sur está muy cerca de la línea del ecuador. La
costa Venezuela se encuentra en el borde de las placas del Caribe y
sudamericana, por lo que es propensa a terremotos y fenómenos
volcánicos. Por el contrario, el interior del país, la selva amazónica, es
mucho más estable. Se encuentra apoyado sobre el macizo de la Guayana, que
junto con el escudo de Brasil forman una de las tierras más antiguas
del planeta.
Podemos dividir el relieve de
Venezuela en tres grandes unidades: la región costero-montañosa, los Llanos y
la Guayana.
Cordillera
de Los Andes y Sierra de Perijá
Los Andes venezolanos, accidente
orográfico más prominente del país, tienen unos 36.120 kilómetros cuadrados de
extensión, y constituyen una prolongación de Los Andes colombianos orientales,
que al llegar al Nudo de Pamplona se bifurcan en dos cadenas: la Cordillera de
Los Andes y la Sierra de Perijá, que en conjunto abarcan aproximadamente el 6%
de la superficie territorial venezolana.
Los Andes venezolanos propiamente
dichos comienzan en el suroeste en la depresión del Táchira, desde
donde se extienden en dirección noreste hasta la depresión de
Barquisimeto-Acarigua en los Estados Lara y Cojedes.
Toda la cadena constituye una
culminación topográfico-tectónica, centrada en los alrededores de la ciudad de
Mérida, donde se presentan los picos más elevados (Bolívar, 5.007 metros) y las
unidades más antiguas (Grupo Iglesias, Precámbrico Superior). A lo largo
de sus 300 kilómetros de longitud aproximada y 80 de anchura, constituye una
vasta divisoria entre las cuencas hidrográficas de los ríos Apure y Orinoco al
sur, y del Lago de Maracaibo, Mar Caribe al norte, sin valles transversales de
importancia. En contraste, los valles longitudinales constituyen profundas
hendiduras, frecuentemente relacionadas con fallamiento. Entre estas
depresiones axiales merecen mención la del valle del río Chama y su
prolongación al noreste en el curso superior del río Santo Domingo y los valles
de Boconó, Guárico y Sanare. Esta gran depresión separa a la Sierra de La
Culata y Cordillera de Trujillo al norte, de los macizos de la Sierra Nevada de
Mérida, Sierra de Santo Domingo, etc., al sur. Las cadenas septentríonales caen
hacia el noreste, en la depresión de Barquisimeto y continúan en la Sierra de Aroa,
mientras que las cadenas meridional es continúan morfológicamente en la Sierra
de Nirgua y el Sistema Montañoso del Caribe.
Cuenca de
Maracaibo
La cuenca del Lago de Maracaibo,
limitada por la Sierra de Perijá al oeste y el flanco occidental de Los Andes y
la Serranía de Trujillo al este, ocupa una depresión tectónica de
unos 52.000 kilómetros cuadrados de extensión, donde se han acumulado más de
10.000 metros de espesor de sedimentos cuyas edades se extienden desde el
Cretácico hasta el Reciente; constituye la cuenca petrolífera mas rica
de América del Sur. Tectónicamente se relaciona con el levantamiento
post-Eoceno de la Sierra de Perijá y de la Cordillera de Los Andes. La gran
mesa de agua que ocupa la parte central de la cuenca está enmarcada
por llanuras casi sin relieve, parcialmente anegadizas, que se extienden
hasta las estribaciones de las Serranías circundantes, donde afloran rocas de
edad variable entre el Terciario Inferior y el Precámbrico (?).
Un fenómeno fisiográfico
interesante es el hundimiento o subsidencia de ciertas zonas costeras del Lago
de Maracaibo como son Lagunillas y Tía Juana.

Deltas
del Orinoco - San Juan
Las llanuras inundables de los
deltas del Orinoco y del San Juan abarcan unos 32.000 Km2 de extensión y se
desarrollan en su casi totalidad en sedimentos blandos del Reciente. Su
característica más prominente son los caños de marea, intercomunicados entre sí
formando islas, generalmente pantanosas y con menor frecuencia de terreno más
firme. El delta se traslada hacia el este a medida que el
gran volumen de sedimentos aportados por los ríos forman bajos, donde
las raíces entrelazadas de manglares arraigados contribuyen a detener más
sedimentos, los cuales acrecientan las islas existentes o forman nuevas islas.
Únicamente en la parte oriental
extrema del Delta se conocen pequeños afloramientos de rocas terciarias,
indirectamente relacionadas con fallas, y más directamente con fenómenos
diapíricos de vulcanismo sedimentario, como sucede en Isla de Plata, Punta
Pedernales, Capure y Punta Tolete. En esta zona se presentan algunos lagos de
asfalto, como Guanoco y La Brea, y volcanes de barro como El
Hervidero, al este de Maturín.
Escudo de
Guyana
Esta provincia fisiográfica
constituye el 45% de la superficie territorial total (423.000 Km2) y se
extiende al sur del río Orinoco hasta las fronteras de Guyana al este
y Brasil y Colombia de sureste a suroeste. Es la región minera por
excelencia, con placeres auríferos y diamantíferos y grandes reservas
de hierro.
La región está constituida
principalmente por las rocas más antiguas en la geocronología del territorio
venezolano (Precámbrico Inferior) entre las cuales las de más edad están profundamente
metamorfizadas e inyectadas por ígneas preferentemente ácidas,
en estructuras complejas. La cubierta de plataforma (Formación
Roraima) no muestra metamorfismo de importancia en una secuencia
levemente metamorfizada en la que predominan areniscas arcósicas con intervalos
menores de conglomerados y lutítas, intrusionadas únicamente por volcánicas
básicas. Mientras que las rocas metasedimentarias están estructuralmente muy
deformadas, las rocas de la Formación Roraima se mantienen casi o totalmente horizontales.
Ambos elementos, composición litológica y estructura, contribuyen a fijar las
características fisiográficas.
En el extremo sureste, desde
cerca del paralelo 6°10' hasta la frontera con Brasil y Guyana, la
fisiografía se caracteriza por la presencia de imponentes altiplanicies o
"tepuis", sustentados por la Formación Roraima, que alcanzan hasta
2.775 m de altura. Tales tepuis son de forma tabular, drenaje centrípeto y
están limitados por escarpados abruptos, de los cuales se desprenden saltos y
cascadas de gran altura (como por ejemplo, el Salto Ángel o Querepacúi-Merú,
con una caída libre de 979 metros sobre el valle del río Churún). Al oeste del
río Paragua, las altiplanicies se van convirtiendo en cerros aislados y masas
esporádicas de menor extensión, algunas de las cuales coronan las alturas de la
Sierra de Maigualida, hacia el oeste del río Erebato. Esta Serranía está
sostenida por un complejo ígneo-metamórfico mal conocido,
de topografía mucho más compleja que las altiplanicies de Roraima, y alturas
de hasta 2.300 metros en las elevaciones de Icutú, Yaví y Guanay que forman la
divisoria entre los ríos que corren hacia el norte (Cuchivero, Suapure, etc.) y
los que forman la hoya del río Ventuari. La Sierra desciende hacia el suroeste
a la depresión de Casiquiare, cruzada por ríos
de comportamiento paradójico, que unen las aguas del Orinoco con las
del río Negro o Guainia, tributario del Amazonas.
Los
llanos
Los llanos constituyen una
provincia con extensas superficies de relieve casi plano (50-200 metros sobre
el nivel del mar) en el centro del país, entre
los sistemas montañosos del Caribe y Los Andes y el río Orinoco, y
son parte de una región mucho mayor que se extiende a Colombia y Brasil.
Abarcan aproximadamente un 25% de la superficie territorial total (237.280
Km2). Están constituidos por sedimentos blandos del Terciario Superior y
Cuaternario, depositados en una extensa cuenca de relleno progresivo y
finalmente suavemente levantada, en la cual ha habido poca erosión. La región
contiene los yacimientos petrolíferos del llano venezolano, en las cuencas
sedimentarias de Barinas-Apure (113.810 Km2) y Venezuela oriental (117.900
Km2), subdividida esta en las subcuencas del golfo de Paria, Guárico y Maturín.
Aproximadamente en la zona axial de la región, cerca del meridiano 68°, se
levanta un pequeño complejo aislado, el Macizo de El Baúl, sostenido por rocas
metamórficas e ígneas del Paleozoico y Mesozoico Inferior.
Los llanos de Venezuela Oriental
presentan mayor diversidad geomorfológica por influencia de su geología.
El manto pleistoceno (Formación Mesa) ha sido removido por erosión en gran
parte de Guárico y en Anzoátegui suroriental, y las formaciones arcillosas del
Mioceno así expuestas producen una topografía caracterizada por un drenaje más
complejo, recticular y dendrítico y en consecuencia, más disecada que las
monótonas mesas del este-sureste de Anzoátegui y Monagas sur-central.
La zona erosionada termina hacia
el este en una notable línea de farallones indentados que se extiende de sur a
norte, desde la región de San Diego de Cabruta hasta cerca de Santa Rosa,
Estado Anzoátegui. Esta línea forma, de modo general, la divisoria generalizada
entre los llanos centrales (principalmente Guárico) y los orientales
(principalmente Monagas y Anzoátegui suroriental). En contraposición con los
primeros, los llanos orientales se caracterizan por la presencia de mesas
extensas y planas (entre los cuales se destacan las de Guanipa, Morichal Largo
y Tigre), de unos 280 metros de altura sobre el nivel del mar, y 120 metros
sobre el nivel de la llanura circundante, siempre mal drenadas, frecuentemente
con drenaje centrípeto hacia una depresión central o axial. Estas suelen estar
bordeadas por los farallones abruptos que constituyen el cauce mayor de los morichales
o de los grandes ríos, de curso generalmente oeste-este.
Plataforma
continental, islas y llanos costeros
Esta provincia, que ocupa el norte
y noreste del país, tiene unos 188.000 kilómetros cuadrados de extensión, de
los cuales 1.800 corresponden a las 72 islas de soberanía venezolana
y el resto a la depresión de Unare en el extremo centro-nororiental, a las
llanuras y planicies costeras de muy bajo relieve (0-100 metros), que son de
emersión al oeste, estructurales en el centro y de inmersión al este, y a las
cuencas sedimentarias de los golfos de Venezuela y Cariaco y subcuenca del
golfo de Paria. La isla de Margarita, correspondiente fisiográficamente a esta
provincia, se ha incluido en la del Sistema Montañoso del Caribe.
Toda la provincia está cubierta
por sedimentos marinos y fluviales del Cuaternario, salvo parte de las islas
del Caribe, constituidas por rocas ígneas y escasas metamórficas del Mesozoico,
y la península de Paraguaná, donde afloran rocas metamórficas jurásicas,
intrusivas básicas y ultrabásicas del Mesozoico y granitos del Paleozoico
Superior, además de sedimentos locales del Mioceno y Cuaternario.
Las planicies costeras tienen
expresiones fisiográficas diferentes: en Falcón son áridas, desérticas y
parcialmente cubiertas de dunas. En el bajo Yaracuy son fértiles, húmedas y
boscosas, como también en el bajo Tuy. Las planicies de las bocas de Unare y
Barcelona contienen abundante albuferas y salinas, que caracterizan también a
las planicies costeras de la isla de Margarita.
Sistema
montañoso del Caribe
Es una continuación estructural
del arco insular de la Región Oriental del Caribe, comprendida entre la zona
costanera norte-centro-oriental y la depresión de los Llanos. Abarca un 3% de
la superficie total del país y es la región más densamente poblada.
Valles y
Serranías de Falcón-Lara-Yaracuy
En las cercanías de Motatán,
Estado Trujillo, se desprende de la Cordillera de Los Andes hacia el norte un
ramal orogénico conocido como Serranía de Trujillo, que al llegar a la zona
limítrofe entre los Estados Zulia, Falcón y Lara se arquea violentamente hacia
el este para formar las Sierras de Falcón, de rumbo en general este-oeste, con
excepción de la Sierra de Siruma, predominantemente norte-sur.
Esta provincia está situada al
noreste del país, entre el Sistema Montañoso del Caribe y Los Andes
venezolanos, y abarca un 30% de la superficie territorial total. Está limitada
al sur por el borde nororiental de Los Andes, que cae a los típicos llanos
Interiores de Lara (cabañas de Carora), al norte de los cuales se desarrolla la
Sierra de Baragua, que muere al este en el valle del río Tocuyo. Más al norte
aparece el verdadero espinazo del sistema que comienza en la Loma de Los
Caballos, cuya culminación alcanza los 1.990 metros de altura, y continúa hacia
el este en la Serranía de Bella Vista, la Sierra de Churuguara, etc., hasta
cruzar el río Tocuyo y terminar en el Cerro de La Misión. Otra línea de
menor importancia, situada más al norte, es la de las montañas de Avaria y
Sierra de San Luis. Entre ésta y las planicies costeras de Falcón sólo se
interponen pequeñas lomas y líneas de cerros alargados.
Las llanuras encerradas, de
origen lacustre-fluvial, son regiones semiáridas, y las planicies costeras de
la región contienen el único desierto venezolano, los Médanos de Coro, con
dunas movedizas.
Con excepción del Alto de
Siquisique, donde afloran rocas ígneas de edad desconocida, la Serranía de
Trujillo y las sierras de Falcón están sostenidas por rocas principalmente
paleocenas, eocenas y oligocenas, y sólo en la franja septentrional se
encuentran sedimentos más jóvenes del Mioceno. En los valles hay espesos
depósitos de aluvión, con terrazas y zonas topográficamente bajas rellenas con
el fango arrastrado de las laderas de Los Andes. Estos grandes espesores de
aluviones sugieren que el clima en estas partes bajas de la
provincia, hoy estepario, fue de mayor precipitación en el Pleistoceno; el
desecamiento se debe en parte también a fenómenos de captura de corrientes en
la provincia.
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